APLICANDO TÉCNICAS DE MEDIACIÓN PARA LA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN LA CLASE DE EDUCACIÓN FÍSICA EN SECUNDARIA.

Para tener una visión global de los posibles conflictos que aparecen en la clase de educación física, debemos echar un vistazo a diversos aspectos que diferencian a nuestra asignatura de las demás, ya que son muchos los aspectos que pueden influir.  En primer lugar hay que analizar las diferentes interacciones que se pueden desarrollar en el aula, que son específicas de la clase de Educación Física. En segundo lugar, debemos poner el foco en la competitividad que suele aparecer en la clase de Educación Física, derivada del Deporte profesional. Por otro lado, también es importante conocer el papel que se le otorga al árbitro en nuestra sociedad. Todos estos aspectos nos van a llevar a sugerir la necesidad de una practica deportiva autorregulada, y la necesidad de un protocolo de actuación ante posibles conflictos usando técnicas de mediación, para educar en valores indispensables para nuestra sociedad como son el respeto, la empatía, la tolerancia, o la solidaridad.

1. LA INTERACCIÓN DE LOS PARTICIPANTES EN LA CLASE DE EDUCACIÓN FÍSICA EN LA REALIZACIÓN DE JUEGOS O DEPORTES.
La clase de Educación Física, por sus características, provoca una serie de interacciones que no suelen aparecer en otras asignaturas. Desde la educación primaria, el juego y el deporte se usan como herramienta para desarrollar los contenidos. Tanto el juego como el deporte están basados en unas reglas, mas o menos complejas que todos los participantes deben conocer y respetar.
Para controlar el cumplimiento de las reglas en el deporte existe el rol de árbitr@, que es la persona encargada de que se cumplan las normas y sanciona las infracciones. Por el contrario, en el juego, se presupone que los mismos participantes deben autorregularse, sin necesidad de que ninguna persona ejerza el rol de árbitro.

En la clase de Educación Física podemos optar por tres maneras de organizar los juegos o deportes:
1. El profesor/a ejerce de árbitr@ y el alumnado participa.
En esta organización el profesor/a controla y sanciona; la participación del alumnado es baja, ya que el profesor/a sólo puede controlar un juego o partido, por lo tanto habrá poc@s alumn@s participando. No suelen aparecer conflictos.

2. Uno o varios alumn@s ejercen de árbitr@ y el resto de los alumn@s participan.
  1. En esta organización aumenta la participación, ya que puede participar todo el alumnado excepto los que ejercen de árbitr@s. Suelen aparecer conflictos, por desconocimiento de las normas o por faltas de respeto a las mismas o al árbitr@.

3. No existe árbitr@, el alumnado conoce las reglas y se autorregula. En esta organización aumentamos al máximo la participación, con lo que se aumenta el número de conflictos, ya que no existe ninguna persona que ejerza el rol de árbitr@.

De lo anteriormente dicho podemos deducir que:

Si nuestro objetivo como docentes es favorecer la participación del alumnado, maximizando el tiempo útil, y la participación motriz, resulta evidente que debemos decantarnos por la tercera opción, intentando en la medida de lo posible optar por el juego autorregulado.

2. COMPETITIVIDAD FRENTE A RECREACIÓN.
Uno de los principales problemas que aparece en la clase de Educación Física es el exceso de competitividad. Mientras el juego se asocia a algo recreativo, el deporte se asocia a lo competitivo. Esa competitividad mal entendida, procedente del deporte profesional, causa infinidad de conflictos en la clase.
Cuando los alumno@s juegan libremente a un juego popular en su tiempo libre, no necesitan la figura de un adult@ que controle la actividad, son capaces de regular y solucionar los posibles conflictos, esa es la esencia de la recreación y no de la competición. Si echamos la vista atrás, todos tenemos un recuerde de nuestra infancia, en el cual jugábamos libremente con varios niñ@s sin la necesidad de ningún adult@.
Por contra, cuando se practica algún deporte en la clase de Educación Física, aparecen los conflictos y el alumnado demanda la aparición de un adult@ mediador/a, que ejerza de árbitr@. La competición es necesaria por muchas razones, es imposible desarrollar las destrezas sin competición.
Pero ¿cómo podemos hacer esa transición entre el juego libre y el deporte organizado, en el cuál los alumn@s son capaces de solucionar los conflictos?, esta es la pregunta clave que voy a intentar responder en este Post.

3. EL PAPEL DEL ARBITRO EN NUESTRA SOCIEDAD. 
Cuando vemos en televisión un partido de fútbol u otros deporte, leemos un periódico deportivo o vemos un informativo, suele suceder que el ÁRBITR@ es el centro de todas las críticas, sobre todo por sus errores.
Es evidente que en el deporte profesional es indispensable el papel del árbitro, pero ¿qué influencia tiene en nuestro alumnado el papel que ejerce y cómo se les trata?
Está claro que los medios de comunicación, no ejercen una buena labor pedagógica(no es ese su objetivo). El árbitr@ suele ser criticado y no respetado en sus decisiones, y suele ser usado como excusa en la derrota. No creo que esto ejerza una influencia muy positiva en nuestros alumnado cuando son espectadores. Inconscientemente van adquiriendo como natural la necesidad de un árbitr@ que medie en los conflictos. Además, la cantidad de escenas de falta de respeto hacia el árbitr@ que se pueden ver en los medios de comunicación, generan una hostilidad innecesaria y vuelven a hacernos un flaco favor.

Cuando enseñamos un deporte en la clase, lo primero que hacemos es enseñar las reglas. Esas reglas son a veces muy complicadas por lo que el alumnado demanda la existencia de un árbitro. Es nuestra labor simplificar esas reglas y dotar al alumnado de herramientas para solucionar los conflictos sin la necesidad de un árbitr@. Esas herramientas, no cabe duda que le serán muy útiles en la vida adulta.

4. LA NECESIDAD DEL JUEGO AUTORREGULADO.
Echemos la vista atrás, si el niñ@ es capaz de jugar libremente de forma autorregulada en la primeras etapas de la infancia, por qué razón, no puede practicar deporte de forma autónoma. Qué parte de culpa tenemos los adultos en esa realidad. Por qué existe una interferencia tan grande de os factores antes mencionados. Es aquí donde aparece entonces la necesidad de un protocolo claro de actuación, en caso de conflictos, para que el alumnado sea capaz de autorregular su práctica deportiva, como hacía en las etapas de su infancia.

5. PROPUESTA DE PROTOCOLO DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS. 
Con lo primero que tendremos que contar es con una serie unas normas de convivencia y respeto en clase. Estas pautas son eficaces ya que el aula debe ser considerada como un equipo y para que funcione precisa del seguimiento de unas normas que faciliten un clima de solidaridad y de ayuda entre tod@s y del interés general. Aunque la existencia de las mismas no supone de por sí garantía de que se cumplan, sí que su existencia y observancia supone una mejora del clima ante futuros conflictos así como l@s cohesiona como grupo. 

Su eficacia depende en gran medida de que se observen los siguientes requisitos:
- Se deben establecer por consenso del propio alumnado. Ellos y ellas deben participar en su creación, desarrollo y redacción.
- Deben ser pocas y claras.
- Deben ser conocidas, expuestas en un lugar visible(esto a veces resulta complicado por ser nuestro espacio algo distinto, sueles ser un gimnasio o un patio) y aplicadas por tod@s
- En caso de incumplimiento o de conflicto los procedimientos previstos en esas normas deben ser claros e inequívocos con el reconocimiento de un EQUIPO DE MEDIACIÓN de la clase.

Para ello debemos facilitar la creación de un equipo de unos tres chic@s como mediador@s.
Seleccionaremos como mediador@s aquéllos chicos o chicas que cuenten con una serie de habilidades:
- Que obviamente tengan interés en convertirse en facilitador@s de la comunicación y de la resolución de los conflictos de sus compañer@s.
- Con un buen nivel empático y asertivo.
- Discret@s y buenos estrategas en la resolución de sus propios desencuentros.
- Con habilidades sociales y un buen manejo de las emociones y valores.
- Razonables y coherentes y con autoconfianza.

Este equipo será el que ayude a las partes enfrentadas a buscar soluciones a su conflicto, como directores de una orquesta de música que dirigen el diálogo, ayudando a que la sintonía histriónica y desacompasada en un momento dado, vuelva a fluir en melodía. No se trata de instruir árbitros o árbitras que decidan quién o quiénes llevan la  razón,  si  no que se trata de contar con un equipo de alumn@s que ayuden a sus compañer@s a que en el calor del enfrentamiento se paren, se escuchen, se atiendan y estudien la situación y que entre ell@s mismos lleguen a la solución más adecuada a aquél enfrentamiento que paró el juego.
¿CÓMO?: mediante una serie de técnicas y herramientas básicas:
- Fomentando la escucha activa.
- Fomentando los turnos de palabra.
- Impidiendo el lenguaje ofensivo o descalificador.
- Ayudando a que las partes enfrentadas desliguen el hecho en sí provocador del conflicto, de las personas.
- Ayudando a buscar soluciones consensuadas y justas para ambas partes o las más útiles para tod@s.
- Solicitando la ayuda del Profesor en caso de duda sobre las reglas del juego.
- Comunicando al Profesor los acuerdos tomados y solicitando el reinicio del juego.

Aprender a resolver sus propios conflictos en equipo y sin la intervención de una persona adulta o investida de la "autoridad" de un/a arbitr@, les va a permitir conocer y desarrollar valores como el respeto, la solidaridad y la tolerancia, de manera que van a ir adquiriendo valiosas herramientas para que tanto en el presente como en el futuro, dentro de clase o fuera de ella, adquieran habilidades de tolerancia  y protectoras frente a la violencia.

6. INFOGRAFÍA. 

7. CONCLUSIONES.
La clase de Educación Física, en definitiva, por sus características especiales, y distintas al resto de las asignaturas, donde aparecen unas interacciones distintas, nos ofrece la posibilidad de trasmitir unos valores que son difíciles de trasmitir en otras asignaturas. valores de respeto, tolerancia y solidaridad no deben ser impuestos, deben ser aprendidos de manera autónoma, y para ello es imprescindible un protocolo de actuación. Este protocolo antes expuesto debe ser visto como algo en el que participan tod@s, y al cual debemos dedicar tiempo y paciencia. La aplicación de dicho protocolo debe ser algo progresivo, donde el alumnado vaya adquiriendo la habilidad para resolver los conflictos de manera autónomo, debemos evitar en la medida de lo posible la intervención del profesor. De esta manera estaremos preparando a nuestro alumnado para enfrentarse a las exigencias de la sociedad actual, donde valores como tolerancia, respeto y solidaridad escasean.

*Este Post no hubiera sido posible sin la inestimable ayuda de Carmen Valiño Pozo(Mediadora). Mil gracias.

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